El aceite de oliva virgen extra (AOVE) es sin lugar a dudas uno de los alimentos más recomendados por sus propiedades
saludables, tal y como comenta el catedrático José Juan Gaforio:
“La alimentación en el futuro
tiene que tener un papel importante para ayudar a prevenir determinadas
enfermedades y, los aceites de oliva
vírgenes pueden ser elementos esenciales para alcanzar este objetivo”.
El aceite de oliva virgen extra (AOVE) está compuesto en un alto porcentaje por ácido
oleico, así como por vitamina E
y polifenoles. Por su principal
componente se trata de una grasa principalmente monoinsaturada, que a
diferencia de las saturadas, ayudan a reducir el colesterol “malo”, el LDL, y aumentar el colesterol bueno, el
HDL, y por tanto previene de
patologías cardiovasculares. Tanto la vitamina
E como los polifenoles son los
responsables de la acción antioxidante del aceite
de oliva virgen extra (AOVE), que previenen el envejecimiento de las células y la
formación de células cancerosas.
No todos los aceites de oliva pueden presumir de estas propiedades, ya que
por ejemplo, los polifenoles se
pierden en el proceso de refinamiento, por lo que sólo están presentes en los
aceites vírgenes.
Otro de los componentes del aceite de oliva virgen extra (AOVE) es el oleocanthal, un éster del tirosol, presente en la aceituna, y que es el responsable de su sabor ligeramente picante. Varias investigaciones apuntan que el oleocanthal tiene propiedades antiinflamatorias similares al ibuprofeno. El oleocanthal es un inhibidor de una enzima inflamatoria, lo que podría explicar su potencial efecto en la prevención de varios tipos de cáncer, de enfermedades reumáticas, alteraciones cardíacas y respiratorias y enfermedades neurodegenerativas como el alzheimer.
Dentro de todas las variedades de aceites de oliva, la picual destaca por
ser la que mayor porcentaje tiene de los componentes antes indicados: ácido oleico, vitamina E, polifenoles
y oleocanthal.
A pesar de que se trata de un alimento saludable, que debe estar siempre
presente en nuestra dieta, hay que tener en cuenta su aporte calórico, 90 kcal
por una cucharada sopera aproximadamente, y que por tanto hay que tomarlo con
moderación. El consumo recomendado es de 40 mililitros al día, teniendo en
cuenta que esa dosis incluye tanto el aceite que se toma en crudo como el que
se utiliza para cocinar.
FUENTE: cadenaser.com.